Té Negro Tarta de Manzana Premium

Degustación del Té

Fase Visual:
Al preparar tu té negro a granel, observa con atención su color y profundidad. Un buen té negro suele exhibir un tono ámbar oscuro o rojizo en la infusión, indicando su fuerza y cuerpo. Además, presta atención a la claridad del líquido, lo que puede sugerir la calidad y frescura de las hojas utilizadas.

Fase Olfativa:
Acerca tu nariz a la taza de té negro y disfruta de su aroma característico. En primer lugar, podrás detectar los aromas primarios, que son profundos y ricos, con notas maltosas y terrosas. Luego, agita suavemente la taza para liberar los aromas secundarios, que pueden incluir matices frutales, florales o especiados. Por último, inhala profundamente para captar los aromas terciarios, que pueden revelar complejidades adicionales, como notas tostadas o de caramelo.

Fase Gustativa:
Al tomar un sorbo de tu té negro, permite que recorra tu boca para apreciar todas sus características. Comienza identificando los sabores básicos: ¿puedes distinguir lo dulce, lo amargo, lo salado y lo ácido? Un buen té negro mostrará una combinación equilibrada de estos sabores. A continuación, presta atención a la textura del té en tu boca. ¿Es robusto y completo, o tiene una sensación más suave y aterciopelada? Esto puede variar según el tipo de té negro y su proceso de elaboración.

Finalmente, exhala suavemente por la nariz después de tragar para percibir la retro-olfacción, que puede revelar matices adicionales y ampliar la experiencia de sabor. Considera también la persistencia del sabor en tu boca, así como las sensaciones finales que deja, como si son reconfortantes, estimulantes o prolongadas.